jueves, 3 de diciembre de 2015

La Historia De Eyeless Jack (Creppypasta)

Jack era un adolescente que trabajaba en un periódico local. Un día su jefe hizo un anuncio de que Estados Unidos había entrado en La Segunda Guerra Mundial, y Jack se dignó a inscribirse en el ejército para luchar por EE.UU.
Al poco tiempo se hizo amigo de un inglés llamado Louis, el que también se había alistado allí, ya que su pueblo fue atacado y tenía la necesidad de defenderlo.
Jack y Louis se hicieron mejores amigos, y todos los demás soldados empezaron a llevarse muy bien, hasta se llegaron a llamarse entre ellos hermanos. 
Jack y Louis estaban a punto de lanzarse hacia las líneas enemigas, pero al final resulto que el lado enemigo se movió antes que ellos. Un gas venenoso fue arrojado alrededor de la base, provocando que Jack se quedara ciego. Durante el alboroto, Louis recibió un disparo. Ambos fueron enviados a un hospital a unos pocos kilómetros de distancia. Mientras en el hospital, Jack empezó a llorar por el dolor que sus ojos le causaban, por lo que los médicos tomaron una medida drástica y le quitaron los ojos. 
Aun estando ciego, Jack se negaba a abandonar a su preciado amigo. Louis estaba siendo atendido por una enfermera llamada Betsy, quién nació en Estados Unidos, se trasladó a Noruega, y fue a ayudar a los soldados heridos de enfermera.
Pero un día después de esto, la enfermera no pudo salvarle la vida, Louis agarró la mano de Jack pero unos minutos después la soltó, y dio su último aliento en esa cama, como si se fuera a dormir. 
Jack quería llorar, pero ya no tenía ojos para poder hacerlo, así que se mordió el labio hasta el punto de que le empezó a sangrar. Luego los médicos apartaron el cuerpo de su amigo y lo llevaron a enterrar, Jack se quedo durmiendo en esa habitación durante unos 3 días. 
Al día siguiente el médico le leyó un telegrama de Betsy, diciendo a donde habían enterrado los cuerpos de los soldados muertos, Jack fue allí y encontró el lugar donde fue sepultado Louis, Jack se despidió, luego volvió a su hogar, en Estados Unidos. 
Eyeless jack fan art
Fan art
Pero sólo más tristeza le esperaba allí. Cuando llegó, su madre lo recibió con lágrimas al ver que él ya no tenía ojos, luego Jack le preguntó si algo más había ocurrido para que estuviera así, siendo ella normalmente tan alegre y llena de tanta energía, entonces ella dijo que Marcos el hermano de Jack, quien trabajaba en una fábrica había muerto a causa de unas partículas que había impregnadas en el aire.
Jack quiso llorar por la pérdida de su hermano pero sin siquiera pensar en eso una semana más tarde lamentó la pérdida de su madre, que se dice que probablemente murió por esa gran tristeza. Jack se había quedado solo ya que su padre murió de tuberculosis cuando él solo tenía cinco años. Y ahora Louis, Marcos y su madre también habían muerto.
No había nadie allí para guiar a este hombre ciego, para consolarlo,siquiera para darle algo tan importante como un abrazo.
Una noche, Jack caminó alrededor de su antigua habitación hasta que llegó a un viejo escritorio de madera donde guardaba un arma, estaba cargada y lista para disparar, por si en algún momento entraba un ladrón y tratara de hacerle daño a él o a su madre.
Pero ya ella se había ido, solo había un uso para ese arma ahora, Jack abrió la boca, y apuntó con la pistola en la garganta y apretó el gatillo. Sus cuerdas vocales y la tráquea fueron destrozadas en un mili segundo. 
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Su cuerpo sin vida cayó al suelo, pero para su sorpresa, seguia vivo, el destello repentino de los disparos, le habían provocado algo en su mente que le hizo olvidar todo lo que le había ocurrido antes de su muerte.
Estaba confundido en cuanto a por qué lo había hecho. Incapaz de escapar, se quedó en la casa esperando una respuesta, hasta que al ver las fotografías de la Segunda Guerra Mundial, de los soldados y lo demás, le hizo recordar todo de nuevo. 

Desde ese día aquel fantasma sin voz ni ojos, ronda por ahí intentando calmar su tristeza de algún modo u otro. 

La Historia De Jane The Killer (Creppypasta)

Su verdadero nombre es Jane Arkensaw, ella era una chica muy hermosa; piel clara de ojos verdes, era vecina de Jeffrey Woods y prima de una niña llamada Vanessa Kennedy, pero esa es otra historia. Bueno, Jane vigilaba a Jeff de vez en cuando por la ventana, un día llegaba tarde a la escuela y vio a Randy y su pandilla amenazando a Jeff y a su hermano Liu, ella sabía perfectamente que Randy era un matón que hacia pagar a todo el mundo una pequeña comisión de dinero en efectivo o el bocadillo del desayuno, a cambio de que no se ganaran una paliza...
Luego miró unos segundos más tarde y vio como Randy le robaba la cartera a Liu, y empujaba a Jeff contra el suelo, entonces él se levantó, y Jane se dijo para sí misma: “¡Quédate sentada, no seas estúpida!”  Entonces vio como Jeff se abalanzo contra Randy , luego cojio a Troy, que se tiró al suelo gritando de dolor, era preocupante ver la pelea de Jeff, parecía que se estaba divirtiendo demasiado, y al ver la cara de Liu, Jane intuyó que Jeff no hacía este tipo de cosas normalmente. Lo siguiente que se oyó fue el sonido de las sirenas de un coche de policía, y el padre de Jane, que era policía, salió de su casa y se montó en el coche.
Cuando los padres de Jane la llevaron a la escuela le dijeron muy claramente que no querían que hablara con Jeff, así que no lo volvió a ver hasta que terminó el dia  Cuando lo vio salir de allí, notó como si Jeff estuviera fingiendo estar feliz, para que la gente no sospechara del delito que había cometido, pero en realidad estaba mostrando una sonrisa un poco sádica, “era como la sonrisa de un loco” pensó Jane. Al día siguiente Jane se asomó por la ventana y vio un coche de policía frente a la casa de Jeff, pensó que se llevarían a Jeff por lo que había echo, pero se equivocó, en lugar de él, arrestaron a Liu, luego vio llorando a Jeff por lo ocurrido, y a partir de ahí la gente empezó a soltar muchos rumores sucios sobre Liu. 
Días después, el hijo de la vecina de al lado de la casa de Jeff montó una fiesta de cumpleaños, y Jane vio como Jeff jugaba con los niños a las pistolitas, hasta que aparecieron Randy y sus amigos saltando la valla, a continuación Randy se abalanzó hacia Jeff y lo derribó, luego Troy y Jake sacaron unas pistolas y entonces Jane supo que iban a matarlo, entonces Jane decidió llamar a la policía.  Luego escucho unos disparos, y cuando volvió a mirar, vio las llamas de un fuego y escucho gritos, entonces cogió un extintor y se dirigió hacia la casa, pero cuando llegó vio a Jeff sentado en las escaleras ardiendo en llamas, con grandes partes de piel rosa y chamuscada, entonces Jane se desmayó.

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Cuando Jane despertó, se encontraba en el hospital, entonces le dijo la enfermera que ya se podía ir a su casa, pero Jane quiso preguntar como se encontraba Jeff, y la enfermera le dijo que no podía dejarla verlo ni aunque se tratara de su novia.  A lo que ella respondió con voz temblorosa: “¡Él no es mi novio!” Así que salió del cuarto, vio a los padres de Jeff, que le dieron las gracias por haber intentado salvar a su hijo, y le dijeron que Jeff estaba con vendas y que se las quitarían en unos días, y que cuando llegara el momento la avisarían. Luego ella contó todo lo que vio cuando Jeff se peleó con la pandilla de Randy, y los padres de Jeff dijeron que si eso era cierto dentro de unos días soltaría a Liu.
Días después los compañeros de clase de Jane empezaron a meterse con ella porque se pensaban que estaba enamorada de Jeff, y entonces apareció Liu y le avisó de que al día siguiente le quitarían las vendas a Jeff. A la mañana siguiente Jane vio el coche de los padres de Jeff aparcado en su casa y se puso muy contenta, pero cuando vio salir a Jeff del coche se le cambió la cara del susto; Jeff de su pelo castaño claro ahora tenía el pelo negro y largo hasta los hombros, su piel era blanca y con la misma sonrisa sádica, que vio el mismo día que se peleó con Randy. Luego vio como Jeff la miraba fijamente con esos ojos tan abiertos y aterradores, entonces Jane entro en su casa y los padres le preguntaron que le pasaba, a lo que Jane respondió con un chillido, y se desmayo.
Cuando Jane despertó ya había oscurecido y sus padres no estaban en casa, se levanto de la cama con un vestido negro, bajó las escaleras y vio que la luz de la cocina estaba encendida, había una nota sobre la mesa que decía: “¿No vienes a cenar? Tus amigos están aquí. Después de leer esto, Jane empezó a temblar y vio por la ventana que las luces de la casa de Jeff estaban encendidas, entonces vio a Jeff apoyado en la ventana de su casa, mirando a Jane con un cuchillo en la mano golpeando la ventana y sonriendo. Jane asustada cogió un cuchillo y salió corriendo de la casa, fue a la puerta de la casa de Jeff, intento girar al pomo de la puerta, pero no podía porque empezó a temblar y se le aceleró el pulso, entonces cerró los ojos y la abrió, pero tenía miedo de abrir los ojos, hasta que escucho a alguien decir: ¡Lo has conseguido, me alegro amiga mía! Luego Jane echó un grito, y vio que sus ojos eran grandes y no parpadeaban, y su sonrisa era de color rojo, él había tallado una sonrisa en su cara, su ropa estaba llena de sangre y al ver eso Jane se desmayó. 
Cuando despertó, estaba en una mesa de comedor, su cuchillo había desaparecido y cuando miró hacia arriba vio a gente sentada alrededor de la mesa, se trataba de sus padres, los padres de Jeff, y sus amigos, todos estaban muertos con una sonrisa tallada en sus caras y enormes cavidades rojas en el pecho, trató de gritar pero estaba amordazada y atada a una silla. Lágrimas de sangre salían de sus ojos, “Mira quien ha despertado finalmente”, Jane miro a su lado y vio que Jeff estaba allí.  Ella trato de chillar pero Jeff estaba detrás suyo, acercándole un cuchillo a la garganta y le dijo: “Cállate, cállate, que a los amigos no se les debe chillar, seguro que estás enfadada porque no te ves tan bella como ellos, pero no te preocupes que pronto haré que luzcas bella también. ¿Qué me dices?” Entonces le cortó la mordaza con el cuchillo, Jane se la escupió y le miró fijamente a los ojos y le susurró: “Vete a la mierda…”  
Entonces Jeff le dijo: “Me pareces más divertida de lo que pensaba, ¿los amigos se hacen favores entre ellos no?, bueno pues te voy a hacer un favor.”  Jeff salió, y mientras tanto Jane se puso a llorar por sus padres y amigos que hace unas horas estaban vivos, luego Jeff regresó, “No llores”, dijo. Jane vio que sostenía una jarra de lejía y un bidón de gasolina, entonces le vertió la lejía y la gasolina, “Tranquila ya he llamado a los bomberos”, le dijo Jeff, y luego le echó fuego.  Tan pronto el fuego entro en contacto con Jane, ardió en inmensas llamas y Jeff se largó diciendo: “¡Nos vemos mi querida amiga!" espero que quedas tan hermosa como yo. 

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Cuando Jane despertó estaba en el hospital y la cabeza le daba tumbos, luego vino una enfermera y le dijo que lo sentía, pero su familia había muerto en el incendio, entonces Jane empezó a llorar, y la enfermera le dijo que no llorara o sino su cuerpo no iba a poder respirar, minutos después se quedó dormida.  Al volver a despertar, vio que ya no tenía vendas y que había varios ramos de flores, entonces la enfermera la dijo que le durmieron durante dos semanas para que su cuerpo pudiera recuperarse, “Dame un espejo”, dijo Jane. Al verse, tiró el espejo al suelo del horror, al ver su horrible y quemado rostro, luego llegó un paquete del mismo destinatario que el de las flores, la enfermera salió un momento de la habitación.
Jane se dispuso a ver el interior del paquete, había una máscara blanca con negro alrededor del hueco de los ojos y una sonrisa femenina pintada de negro, con un encaje negro que podía cubrirle los ojos, y una peluca de color negro con hermosos rizos, junto con todas estas cosas había un ramo de rosas negras y un cuchillo de cocina afilado, junto a la máscara también había una nota: Jane siento que no hallas quedado tan hermosa, pero esto te servirá para taparte el rostro mientras te recuperas, y te dejaste el cuchillo en mi casa así que pensé en devolvértelo. Luego de leer esto, salió del hospital, se puso la peluca y se fue al cementerio, vio las tumbas de sus padres y se puso a llorar por última vez, luego se puso la máscara y agarró el cuchillo con todas sus fuerzas. 
Desde ese día Jane juró venganza, y cada vez que el sol se pone, va en busca de Jeff para encontrarlo y matarlo… La imagen que ronda de Jane dice lo contrario a la de Jeff, "No te Vallas a dormir", para así evitar que Jeff consiga hacerles lo mismo a más víctimas inocente.

La Historia De Jeff The Killer (Creppypasta)

Después de semanas de asesinatos inexplicables, el desconocido asesino todavía ronda por este lugar. Tras las escasas pruebas encontradas, una joven afirma que sobrevivió a uno de los ataques del presunto asesino. Con valentía, nos cuenta su historia.
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"Tuve un mal sueño y me desperté en medio de la noche", dice la joven, "vi que por alguna razón la ventana estaba abierta, aunque recuerdo que la cerré antes de irme a la cama. Me levanté y la cerré una vez más. Luego, simplemente me metí debajo de las sábanas y traté de volver a dormir. Fue entonces cuando tuve una sensación extraña, como si alguien me estuviera observando. Miré hacia arriba y casi salto de la cama.
Ahí, descubiertos por el pequeño rayo de luz que iluminaba entre las cortinas, había un par de ojos. No eran ojos normales, sino oscuros y siniestros, bordeados de negro. En ese momento vi su boca. Una sonrisa ancha, tan horrenda que hizo que todos los pelos del cuerpo se me erizaran. La figura se quedó allí, mirándome. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, habló. Dijo algo, una simple frase, pero dicho de una manera que solo un loco podría hacerlo:
"Ve a dormir."
Se me escapó un grito. Él sacó un cuchillo. Su objetivo era mi corazón, saltó a mi cama, pero yo me defendí. Le di una patada, que él esquivó, en seguida me derribó de un golpe y me sujetó. Fue entonces cuando mi padre entró.
El hombre lanzó su cuchillo, como respondiendo a un acto reflejo, que atravesó el hombro de mi padre. Probablemente habría acabado con él de no ser porque uno de los vecinos alertó a la policía, quien había sorprendido al intruso cruzando el techo de nuestra casa.
La policía descendió de sus coches patrulleros. Incluso yo me quedé anonadada cuando escuché sus pisadas en el césped de la entrada: había sido muy silenciosa y precavida, por alguna razón que no tardaría en conocer. El hombre se volteó, mientras la puerta principal se quebraba ante los golpes de los policías armados, y huyó por el pasillo. Escuché un ruido, como si se hubiera roto un cristal. Cuando salí de mi cuarto, vi que la ventana que estaba apuntando hacia la parte posterior de mi casa se había roto. Lo vi desaparecer en la distancia.
Te puedo asegurar una cosa: nunca olvidaré esa cara, aquellos ojos fríos y esa sonrisa psicótica nunca saldrán de mi cabeza.
La policía todavía está en la búsqueda de este hombre. Si ves a alguien que encaja con la descripción del sujeto de esta anécdota, por favor, ponte en contacto con su departamento de policía local. Ahora que sabes un poco sobre Jeff, seguramente te preguntarás por qué lo hace. Para saberlo, tendremos que retroceder un poco más en el pasado.
Jeff y su familia acababan de mudarse a un nuevo vecindario. Su padre había conseguido un ascenso en el trabajo. Pensó que sería mejor vivir en una de esas casas de "fantasía". Sin embargo, Jeff y su hermano Liu no podían quejarse. Mientras desempacaban, uno de sus vecinos pasó por allí, era una mujer relativamente joven.
"Buenos días, soy Bárbara, vivo al otro lado de la calle, solo quería presentarme a mí y a mi hijo", se da la vuelta y llama a su hijo, "Billy, estos son nuestros nuevos vecinos."
Billy dijo hola y corrió de nuevo a jugar en su patio.
“Bueno”, empezó la madre de Jeff, "Yo soy Margaret, este es mi marido Peter, aquí están mis dos hijos, Jeff y Liu."
Cada uno de ellos se presentó, Bárbara los invitó al cumpleaños de su hijo. Jeff y su hermano intentaron protestar, pero su madre aceptó encantada. Cuando Bárbara por fin se fue, Jeff encaró a su madre.
“Mamá, ¿por qué una fiesta infantil? Por si no lo ha notado, ya no soy más un niño."
"Jeff", replica su madre, "Nos acabamos de mudar aquí, debemos demostrar que queremos pasar tiempo con nuestros vecinos. Iremos a esa fiesta."
Jeff intentaba protestar, pero se detuvo, sabiendo que él no podía hacer nada. Siempre que su mamá decía algo, era definitivo. Jeff se encierra en su cuarto y se deja caer sobre su cama. Él se acuesta allí mirando su techo, poco a poco lo invade una extraña sensación. No es tanto un dolor, pero sí una sensación extraña. Lo ignora y lo confunde con un sentimiento al azar, de esos que te persiguen cuando experimentas una duda muy profunda.
Al día siguiente, Jeff se prepara para la escuela. Mientras estaba sentado, tomando su desayuno, una vez más padece esa sensación, esta vez más fuerte. Y le afligió un dolor, como un leve tirón, pero nuevamente lo ignoró.
Liu y él terminaron su desayuno y se dirigieron hasta la parada de autobús. Mientras aguardaban, un chico montado en una patineta salta sobre ellos, a solo unos centímetros por encima de sus rodillas. Ambos se sobrecogen por la sorpresa.
"¡Hey! ¿Qué diablos?"
El chico se cayó y se volteó hacia ellos. Pateó la patineta y, al rebotar esta por uno de sus costados, la sostuvo con sus manos. El chico parece tener cerca de doce, un año menor que Jeff. Lleva una camisa de Aeropostal y pantalones vaqueros azules algo rasgados.
"Bien, bien, bien. Parece que tenemos un poco de carne nueva."
De repente, aparecen otros dos chicos. Uno de ellos es súper delgado y el otro es enorme.
"Bueno, ya que son nuevos aquí, me gustaría presentarnos. El de ahí es Keith y el otro es Troy. Y yo soy Randy. Ahora, para todos los niños en este barrio hay un pequeño precio por el pasaje, si es que me entienden."
Liu se puso de pie, listo para golpear al chico, pero sus dos amigos levantan sendas navajas hacia él, en actitud ofensiva.
"Esperaba que fueran más cooperativos. Parece que tendremos que hacerlo de la manera difícil."
Keith le pegó un puñetazo en el estómago a Liu, y Troy lo estrechó contra el piso. Randy se acercó a Liu, rebuscando en sus bolsillos y extrajo, al fin, una billetera. Jeff, inmóvil, padecía esa sensación desagradable, fría, erizada de ardores insoportables. Ahora ha sido muy potente, demasiado potente. Se pone de pie, pero Liu le hace gestos para que vuelva a sentarse en la banca de espera. Jeff lo ignora y se acerca a los chicos.
"Escúchame bien, pequeño punk, devuélvele la billetera a mi hermano, de lo contrario…"
Randy guarda la billetera en su bolsillo y saca su cuchillo.
"¿Ah sí? ¿Y qué vas a hacer?", se mofa, mientras desfila su cuchillo frente a la cara de Jeff. Pero este, en un movimiento rápido, toma la muñeca de Randy y se la rompe. Randy soltó un terrible grito; de inmediato, Jeff tomó el cuchillo caído. Troy y Keith se asustaron, indecisos ante los chillidos de dolor de su líder, y trataron de huir, pero Jeff es demasiado rápido. Lanza a Randy al suelo y arremete contra Keith, apuñalándolo en el brazo.
Keith se arranca el cuchillo y lo deja caer al piso, cayendo al suelo en medio de gritos espantosos. Troy continúa corriendo, pero Jeff logra alcanzarlo. No necesita ni siquiera el cuchillo. Le aprieta la garganta y con la otra mano le da de lleno en el estómago una serie de puñetazos, que obligan a Troy a vomitar incluso la cena de la noche pasada. Liu está perplejo, mudo de asombro.
"Jeff, ¿cómo?", susurra brevemente.
Saben que serán culpados por todo el asunto, así que empiezan a correr tan rápido como les es posible. En tanto corren, ladean sus rostros hacia atrás y logran ver al conductor del autobús corriendo hacia Randy y sus compinches.
Cuando Jeff y Liu llegaron a la escuela, no se atrevieron a contar lo que pasó. Todo lo que hacen es sentarse y escuchar. Liu se apacigüaba pensando en que su hermano solo había golpeado a unos cuantos chicos, pero Jeff disfrutaba del oscuro goce de sentirse poderoso, superior, la necesidad de lastimar por el mero placer de demostrarlo.
Cuando llegó a casa, sus padres le preguntaron cómo había sido su día, a lo que Jeff respondió con una voz un tanto desanimada:
"Fue un día maravilloso."
A la mañana siguiente, oyó que llamaban a su puerta. Caminó hacia abajo para encontrar a dos policías en la puerta y a su madre mirándolo con expresión de enojo.
"Jeff, estos oficiales me dicen que atacaste a tres niños, que no fue una pelea normal, los heriste con un cuchillo."
La mirada de Jeff se sepultó en el suelo.
"Mamá, fueron ellos los que nos atacaron a Liu y a mí".
"Hijo", se pronunció uno de los policías, "encontramos a tres chicos, dos apuñalados y uno tiene un moretón en el estómago, tenemos varios testigos de que los vieron huyendo de la escena. Ahora, ¿qué tienes que decir ante esto?".
Jeff sabía que era inútil. Él podía decir que su hermano y él habían sido atacados por ellos, pero no había pruebas de tal hecho. No podría decir que no estaban huyendo, porque a decir verdad sí lo hacían. Así que Jeff no podía defender ni a Liu ni excusarse a sí mismo.
"Hijo, llama a tu hermano."
Jeff no podía hacerlo, ya que fue él quien golpeó a todos los niños.
"Señor... Fui yo", declaró Jeff, "yo fui quien atacó a los niños, Liu trató de detenerme, pero no pudo."
El policía miró a su compañero y ambos se sorprendieron.
"Bueno, chico, parece que te espera un año en prisión..."
"¡Esperen!", gritó Liu. Todos se sorprendieron al verlo sosteniendo un cuchillo. Los oficiales sacaron sus armas y apuntaron a Liu, "Esperen por favor, no disparen, Jeff es inocente yo hice todo, perdí el control, me golpearon un poco esos punks y me enojé. Tengo las marcas para probarlo."
Él levantó su camisa para revelar heridas y moretones, como si hubiera estado en una lucha.
"Hijo, solo tienes que dejar el cuchillo", dijo el oficial.
Liu soltó el cuchill, levantó las manos y se acercó a los oficiales.
"No, Liu, fui yo, ¡yo Lo hice!", gemía Jeff con lágrimas corriendo por su rostro.
"¿Eh?, pobre hermano, tratando de tomar la culpa de lo que hice", sonrió tristemente Liu.
La policía llevó a Liu a la patrulla.
"¡Liu, diles que fui yo, diles, yo fui quien golpeó a los niños!"
La madre de Jeff puso las manos sobre sus hombros.
"Jeff, por favor, no tienes que mentir, sabemos que fue Liu, puedes detenerte."
Jeff observa con impotencia cómo la patrulla se aleja. Unos minutos más tarde, el padre de Jeff se detiene en el camino de entrada, examina rápidamente la cara de Jeff y sabe que algo anda mal.
"¿Qué sucede?"
Jeff no puede responder. Sus cuerdas vocales están tensas por el llanto. En cambio, la madre de Jeff lleva a su padre a una habitación aparte. Jeff llora sin descanso. Tras una hora de pensamientos extraviados y deseos fallecidos, vuelve a entrar a la casa. Sus padres están tristes y decepcionados.
Él solo quiere a dormir, en la esperanza de que el sueño le haga olvidar sus males. Pasaron varios días, sin noticias sobre Liu. No hay amigos para distraerse, nada más que tristeza y culpabilidad; por lo menos, hasta el sábado, día en que Jeff se despertó y vio a su madre jovial y risueña.
"Jeff, hoy es el día", saluda mientras abre las cortinas y la luz alumbra el cuarto de Jeff.
"¿Qué, qué día es hoy?", pregunta Jeff semidormido.
"Hoy es el cumpleaños de Billy", le responde su madre.
Jeff se despierta rápidamente.
"Mamá, debes estar bromeando, ¿verdad? Cómo puedes esperar que vaya a una fiesta después de...”
Hay una larga pausa.
"Jeff, ambos sabemos lo que pasó. Creo que esta fiesta podría ser lo que ilumine estos últimos días. Ahora, vístete."
La madre de Jeff sale de la habitación y baja para prepararse. Jeff lucha por levantarse, realmente no tiene ánimos de hacerlo. Elige al azar una camisa y un par de pantalones vaqueros y baja por las escaleras. Su madre y padre se han vestido muy formalmente.
"Jeff, ¿es eso lo que vas a usar?"
"Mejor ve y busca otra cosa", le recomienda su madre, disimulando su fastidio con una sonrisa.
"Jeff, a esta fiesta tienes que ir bien vestido, si quieres causar una buena impresión", explica su padre.
Jeff empieza a gruñir y vuelve a subir a su habitación.
"¡No tengo nada de ropa elegante!", grita desde las escaleras.
"Solo tienes que elegir algo decente", insiste su madre.
Mira a su alrededor, pero no encuentra nada "decente". En su armario hay un par de pantalones de vestir negros que tenía para las ocasiones especiales, pero le hace falta una camisa que combine perfectamente.
Hurgando durante unos minutos todavía, lidiando con que eso sí encaja y aquello no, logra toparse con una sudadera con capucha blanca, tendida en una silla. Le convence, así que la usa.
"¿Eso es lo que llevarás?", le preguntan sus padres. Su madre mira el reloj.
"Oooh, no hay tiempo para cambiarse, vámonos de una vez."
Cruzan la calle hacia la casa de Bill. Tocan a la puerta, siendo recibidos en el acto por Bárbara junto y su esposo, quienes los invitan a pasar. Dentro de la casa abundan los adultos, Jeff no descubre el menor indicio de un niño.
"Los chicos están en el patio, Jeff… ¿Qué te parece si conoces a algunos de los niños?", le invita Bárbara alegremente.
En efecto, los niños están corriendo por el patio en trajes de vaqueros y se disparan los unos a los otros con pistolas de plástico. Jeff se queda de pie, algo incómodo. Entonces un chico se le acerca y le entrega una pistola de juguete y un sombrero.
"Hey, ¿no quieres jugar?"
"Ah, no creo, eso es para niños, estoy demasiado viejo para estas cosas."
El chico lo mira con expresión de cachorrito enternecedor.
"Por fa", suplica.
"Está bien", murmura Jeff. Se pone el sombrero y finge dispararle a los niños. Al principio piensa que es totalmente ridículo, pero luego comienza a sentir que es realmente divertido. Puede que no sea algo súper genial, pero es la primera vez que él ha hecho algo que tiene fuera de su mente a Liu. 
Así que juega con los niños por un rato hasta que escucha un ruido, como de pesadas y diminutas ruedas girando en sus ejes. Luego, algo lo golpea en la nariz, parece una piedra. Cuando reacciona, se encuentra ante Randy, Troy y Keith, todos acaban de saltar a través de la valla, balanceándose en sus patinetas. Jeff deja caer el arma de juguete y se quita el sombrero. Randy le clava en los ojos una mirada llena de ardiente odio.
"Hola, Jeff, tenemos algunos asuntos pendientes."
"Creo que estamos a mano, después de todo, los vencí a todos ustedes… ¡Son una mierda!", le espetó Jeff.
"Oh, no, no hay manera. Te patearé el culo ahora mismo."
Randy se lanza sobre Jeff. Los dos caen al suelo. Randy golpea a Jeff en la nariz, y Jeff lo agarra por las orejas y le da de cabezazos. Luego lo aparta de un fuerte empujón. Los niños gritaban, corriendo donde sus padres, quienes aún estaban dentro de la casa. Troy y Keith desenfundan pistolas de sus bolsillos:
"Será mejor que nadie nos interrumpa."
Randy saca un cuchillo y apuñala a Jeff en su hombro, quien pierde el equilibrio al intentar evitar la hoja fría del arma. Randy se le abalanzó sin darle tiempo de respirar, cubriéndole el rostro de patadas. Jeff hizo fuerzas y tomó del pie a Randy, torciéndolo a sangre fría. Mientras Randy chilla, hecho un ovillo, Jeff se levanta y se dispone a retirarse cuanto antes. Pero entonces la mano de Troy le detiene, cogiendo su hombro herido.
"No lo creo."
Toma a Jeff por el cuello, sin dejar de apretar la herida de su hombro, y lo lanza contra el piso. Cuando Jeff trata de ponerse de pie, recibe una patada por parte de Randy, descargando más patadas hasta que le obliga a escupir sangre.
"Vamos, Jeffy, ¡pelea conmigo!"
Coge a Jeff del brazo y lo avienta fuera del patio, a la cocina. Toma una botella de vodka, puesta sobre la mesa, y rompe el cristal en la cabeza de Jeff.
"¡Pelea!", vocifera Randy, fuera de sí, empujando a Jeff a la sala de estar a fuerza de patadas y puñetazos, "Vamos, Jeff, ¡mírame!".
Jeff levanta la vista, con el rostro ensangrentado.
"¡Conseguí que tu hermano fuera a prisión, y ahora solo vas a sentarte aquí y dejar que se pudra allí durante un año entero! ¡Deberías avergonzarte!"
Jeff empieza a levantarse.
"Oh, ¡por fin! Parece que ya quieres pelear."
Jeff permanece en silencio, con la sangre y el vodka goteando de su rostro. Esa extraña sensación carcome su corazón, arde en sus venas, ese impulso animal de supervivencia que se pervierte, que adquiere el fuego de la locura primitiva.
"Por fin, ¡vamos, arriba!"
En ese momento algo sucede dentro de Jeff. Todo pensamiento piadoso ha muerto, toda represión racional ha desaparecido, excepto el deseo de la muerte, la capacidad de engendrar dolor por el placer de saborear el sufrimiento ajeno. Incluso experimenta un vigor, una energía poderosa que alimenta sus músculos, que frunce su entrecejo y oprime su cerebro al máximo de adrenalina. No, no hay pensamientos, no hay siquiera una palabra en su mente, solo instintos, impulsos terribles e insondables como la naturaleza. Alza el puño y derriba a Randy, quien ha estado desprevenido, hablando de más. Instantáneamente, en cuestión de segundos, concentra la fuerza de su cuerpo en su puño y lo imprime directo en el corazón del pobre diablo.
Randy jadea, cubierto de abundante sudor, agitándose con desesperación. Golpe tras golpe, Jeff le arrancó su último aliento.
Todo el mundo está mirando a Jeff ahora. Los padres, los niños llorando, incluso Troy y Keith. A pesar de que esos dos tiemblan sin control ante su horrible mirada, sostienen sus armas, apuntándolo. Jeff, veloz, se precipita sobre las escaleras, mientras Troy y Keith abren fuego hasta agotar inútilmente sus balas. Jeff se encierra en el baño. Toma el pequeño estante donde reposan utensilios higüiénicos, como la toalla y el cepillo de dientes, y lo arranca de la pared.
Troy y Keith golpean la puerta del baño, forcejeando. Jeff, entonces, los recibe con el estante en la cabeza, el cual desploma a Troy, dejándolo inconsciente. Keith, que es más ágil, se inclina y toma impulso sobre sus pies, esquivando los puños de Jeff y reteniéndolo contra la pared, hundiendo las uñas en su garganta. Desde lo alto de un escaparate superior, el recipiente de lejía se tambaleó por el impacto y terminó por derramarse. Ambos se quemaron, chillando alocadamente por el escozor. Jeff se secó los ojos con el dorso de su manga y, a ciegas, le propinó a Keith unos cuantos golpes en el cráneo con el estante arrancado, que recogió del suelo. Mientras se desangraba lentamente, a Keith se le escapó una sonrisa siniestra.
"¿Qué es tan gracioso?", preguntó Jeff, desconcertado.
Keith sacó un encendedor.
"Lo que es gracioso", dijo, en tanto activaba el aparato y la llama ardía en la punta del encendedor,"es que tú estás cubierto de lejía y alcohol."'
Keith tiró el encendedor sobre Jeff. Tan pronto como la llama entró en contacto con él, encendió el alcohol del vodka. El alcohol lo quemaba... La lejía le blanqueaba la piel... Jeff dejó escapar un grito terrible, sintiéndose desmayar del dolor. Corrió por el pasillo, desesperado, aullando, y cayó por las escaleras. Todo el mundo empezó a gritar, despavorido, procurando auxiliar al adolescente en llamas, casi muerto, tendido en el piso.
Lo último que vio Jeff era a su madre y a los otros padres de familia tratando de apagar las llamas. Cuando despertó, tenía un yeso envuelto alrededor de su rostro. No podía ver nada, también sintió el peso de otro yeso en su hombro. Trató de levantarse, pero se desplomó. Se sentía tan débil y enfermizo... Una enfermera se apresuró a ayudarlo.
"No creo que puedas salir de la cama todavía", le dijo.
Jeff se sentó en su lecho, confundido. Finalmente, después de unas horas, oyó la voz de su madre.
"Cariño, ¿estás bien?"
Jeff no podía responder, su rostro estaba cubierto por el yeso: era incapaz de hablar.
"Cariño, tengo una gran noticia. Después de que todos los testigos le dijeron a la policía lo que pasó en la fiesta, ellos decidieron liberar a Liu. Él estará aquí mañana. Volverán a estar juntos de nuevo."
Jeff por poco pega un salto de alegría que le habría retirado el tubo que conectaba su brazo al suero. Su madre lo abrazó y le dijo adiós. Las siguientes semanas lo visitaron sus familiares y, al cabo de unos meses, llegó el día en que sus vendas habrían de desplegarse. Su familia se reunió para presenciar cómo removían el último vendaje de su rostro.
"Esperemos lo mejor", dijo el médico.
Rápidamente tiró de la última venda, dejando expuesto el rostro de Jeff. La madre de Jeff dio gritos. Jeff notó los rostros atemorizados de Liu y su padre
"¿Qué? ¿Qué pasó?", susurró Jeff.
Salió corriendo de la cama y corrió hacia el baño. Se miró en el espejo y comprendió la angustia de su madre y el temor de su padre y su hermano. Su rostro. Su rostro es horrible, sus labios se han quemado, semejantes a una sombra profunda de color rojo; la piel que se extiende sobre su faz es blanca como la nieve, y su pelo chamuscado ofrece a la vista el negro marchito que reemplazó a su cabellera castaña.
Deslizó una mano por su rostro. Se sentía como cuero. Volvió a mirar a su familia y luego al espejo.
"Jeff", suspiró Liu, "No está tan mal..."
"¿No es tan malo?", murmuró Jeff, "¡Es perfecto!"
Su familia quedó completamente sorprendida. Jeff comenzó a reír incontrolablemente, sus padres notaron que sus manos temblaban.
"Uh... Jeff, ¿estás bien?"
"¿Estar bien? ¡Nunca me he sentido más feliz! Ja, Ja, Ja, Ja, Jaaaaaa, mírenme, este rostro combina a la perfección conmigo!"
No podía parar de reír. Él se acarició el rostro, mientras se miraba en el espejo. ¿Por qué se comportaba así? Ustedes recordarán que cuando Jeff peleó con Randy su mente fue devastada por la locura, una que dormía en su espíritu y que se alzó infernal y demoníaca cuando su juicio crítico no pudo contener más los instintos oscuros de Jeff.
"Doctor", inquirió la madre de Jeff, "¿Está bien mi hijo... Bueno, ya sabe, de la cabeza."
"Oh sí, este comportamiento es típico de los pacientes que han tenido grandes cantidades de calmantes para el dolor. Si su comportamiento no cambia en unas pocas semanas, tráiganlo de vuelta aquí y le realizaremos un examen psicológico."'
"Oh, gracias, doctor."
La madre de Jeff se acercó a este:  
"Cariño, es hora de irse."
Jeff mira hacia otro lado del espejo, su cara todavía se ensancha en una sonrisa loca.
"Ay mamá, ja, ja, jaaaaaaaaaaaa!"
Su madre lo tomó del hombro y lo condujo despacio a tomar su ropa.
"Esto es lo que traía", se limitó a decir la señora de la recepción.
Los pantalones de vestir negro y la sudadera blanca se hallaban libres de rastros de sangres. La madre de Jeff lo vistió dentro de una habitación pequeña.
El crepúsculo de la tarde enrojecía el cielo cuando la familia de Jeff volvió a casa, ignorantes de que ese sería su último día. Más tarde, a mitad de la noche, la madre de Jeff se despertó por causa de un sonido proveniente del cuarto de baño. Parecía el ruido de llanto y de suspiros entrecortados. Intrigada, se aproximó al baño y abrió la puerta. El espectáculo era horrendo. 
Jeff había tomado un cuchillo y se había tallado una sonrisa de oreja a oreja, surcando sus mejillas exageradamente.
"Jeff, ¿q-qué estás haciendo?"
Jeff miró a su madre.
“No podía seguir sonriendo mamá. Me dolió un poco, ahora puedo sonreír para siempre.”
La madre de Jeff notó sus ojos, rodeados de negro, ni siquiera pestañeaba.
"¡Jeff tus ojos!"
"No podía ver mi rostro, me cansé y mis ojos comenzaron a cerrarse, me quemé los párpados. Ahora siempre podré ver..., mi nuevo rostro."
La madre de Jeff retrocedió lentamente.
“¿Qué pasa mamá? ¿Acaso no soy hermoso?”
"Sí, sí lo eres. D-déjame ir a buscar a papá para que pueda ver tu bello rostro."
Ella corrió a la habitación y sacudió al padre de Jeff.
"Mi amor, saca el arma que...", se detuvo cuando vio a Jeff en la puerta, con un cuchillo.
"Mami me mintió."
Eso es lo último que dijo Jeff, antes de lanzarse contra ellos con el cuchillo de carnicero en alto.
Su hermano Liu despertó de improviso con un desagradable sabor en la boca y el corazón palpitándole a mil por hora. Creyó que era cuestión de un mal sueño, así que cerró los ojos.
Cuando se encontraba a un paso de sumirse en el sueño, tuvo la extraña sensación de que alguien lo estaba observando. Miró hacia arriba, pero antes de poder decir algo, la mano de Jeff cubrió su boca. Poco a poco, su propio hermano levantó el cuchillo, con la muerte sombría en sus ojos. Liu se esforzó por incorporarse, luchó y pataleó, pero el oxígeno huía de su pecho, ahogándose. Entonces Jeff le susurró con una sonrisa gigantesca y retorcida:
"Shhh ve a dormir."